lunes, 2 de diciembre de 2013

JOHN MARIN (1870-1953), EL PINTOR DE LA CIUDAD NORTEAMERICANA










































La pintura norteamericana de la primera parte del siglo XX trató temas agrícolas y ganaderos: una visión adusta del campo, visto como un severo y virtuoso Eldorado donde se reía poco.
Mas, al mismo tiempo, incluso los mismos artistas dedicados a exaltar los valores del apego a la tierra, retrataron, como nadie la vida urbana. Ni siquiera los Expresionistas alemanes y los pintores de la Nueva Objetividad crearon la imagen o el mito de la pujante ciudad moderna, de la que no obviaron su cara negra.

John Marin es poco conocido en Europa. En los Estados Unidos, empero, se le considera el precursor del Expresionismo Abstracto. Se formó en Europa. Y expuso en el Armory Show, el Salón que cumplió el papel del espacio de un ritual de paso que recorrieron todos los pintores que quisieron despegarse de una tradición considera impropio de captar el mundo moderno. Su obra recuerda a veces a Robert Delaunay, sin la monumentalidad de las grandes composiciones urbanas y luminosas de éste último.
¿Cubista? ¿expresionista? ¿órfico? o tan solo ¿un artista art deco?
Las acuarelas -y los óleos pintados como si de acuarelas se tratara- muestran rascacielos de múltiples facetas que se abren paso en un cielo con tantas caras quebradas como las construcciones, o multiplican los puntos de vista, que se superponen, no tanto para captar la totalidad del ser de las cosas, sino para plasmar la visión parcial y huidiza de la ciudad abordaba a gran velocidad, un mosaico de planos y manchas, que otorgan algo parecido a una unidad al caleidoscopio de impresiones sesgadas y segadas, ya que la ciudad no puede ser comprendida de un golpe de vista, ni se quiere tampoco tener esta imagen estática o congelada. Los edificios se alzan, se abren y estallan como fuegos artificiales. Otros, vistos levantando al cielo la vista admirada, se juntan allá arriba como las nervaduras de altos pilares góticos. Pasaos elevados cruzan en diagonal las vistas como gruesas rayas negras que quisieran poner coto la mirada curiosa, y realzar, en verdad, los rascacielos que emergen y crecen, traslúcidos, como reflejados en las aguas del cielo, por detrás de la vía suspendida. Primeros planos de unos escaparates o unas ventanas en plantas bajas sobresalen, adheridas, a la oscura trama de estructuras, raíles, y bandas de ventanas alargadas que, como el plomo de una vidriera, componen y estructuran la imagen que al mismo tiempo se quiebra en una multitud de planos afilados de color.

5 comentarios:

  1. Son preciosos;no conocía a este pintor.También,en cierto modo,me recuerda a Chagall en la sensación de que las cosas flotan y en la manera de tratar el color y la perspectivas en algunos cuadros.

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    1. ¡Es cierto!
      Recuerda, y mucho, a Chagall, salvo por el tema principal, urbano en el caso de Marin.
      Como vivió en París, es muy posible que viera obras de Chagall. Debería verificar cuándo Chagall llegó a París
      Gracias por la aguda observación.

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    2. Hola !Me alegro de que le parezca adecuado porque después del comentario pensé que habría podido meter la pata,ya que no estoy muy al tanto de las fechas y las vidas de estos artistas

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  2. Bueno,la verdad es que lo de las perspectivas es propio del expresionismo en general

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  3. Es un comentario pertinente. No es descabellado que Marín hubiera visto obras de Chagall en París. podrían haber coincidido
    Un atento saludo

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