viernes, 24 de diciembre de 2010

La sombra de la ciudad

El texto sumerio del Mito del Diluvio está incompleto -la tablilla rota-, y es de muy difícil lectura.

Los fragmentos conservados se inician con lo que parece un discurso del dios Enki: afirma que quiere detener el diluvio con el que An, el dios del cielo, está castigando a la humanidad por el excesivo ruido que asciende de la tierra y turba el divino sueño, permitir que los hombres reconstruyan las ciudades y los santuarios en "los lugares sagrados".
El verso A, 5 es ambiguo; se puede interpretar de dos maneras: Enki facilitaría que los humanos reconstruyeran las ciudades para que se pusieran a buen resguardo en su interior (para que pudieran protegerse), o para que el mismo Enki descansara a la sombra de la ciudad.

Sombra se decía gissu. esta palabra se escribía con un doble signo cuneiforme: gis + mi. El primero se traduce por álamo (un árbol que crece en lugares húmedos); en cuanto a mi significa oscuro, negro, noche. Una sombra, entonces es la mancha negra que proyecta un árbol.

Sombra se decía también 2-ze2que también significa protección. Ag2 es un verbo que se traduce por medir o mesurar; mientras que ze2 es otro verbo, pero que no nombra propiamente una acción, sino diríamos que una pasión: se traduce por morar; también por vivir.

La sombra es causada por un árbol estilizado que requiere humedad. Las ciudades eran comparadas con árboles precisamente por el abrigo que la copa brindaba, similar a la de un muro defensivo; también ocurría que el orden que emanaba de la ciudad podía compararse con la perfecta estructura del mundo, cuyos niveles cósmicos, terrenales e infernales están bien unidos y sostenidos gracias a una columna, o a un tronco bien erguido.

Perola sombra es también una parcela, bien acotada en la que se puede estar y vivir. La sombra de la ciudad se halla tanto fuera como dentro. Los edificios y las murallas echan sombra en el perímetro de la ciudad; pero también crean zonas en sombra en el interior de ésta.  Esta sombra es benéfica. Algunos estudiosos traducen gissu por protección, escogiendo no el significado literal (sombra) sino los beneficios que ésta aporta. Si gissu es citada en el mito es precisamente por los valores de protección asociados a ella.

La sombra es consustancial con la ciudad. Ésta no se concibe como un espacio abierto, a pleno sol, sino como un lugar recogido, o donde recogerse. Y este recogimiento, esa tranquilidad o apaciguamiento solo se produce en un espacio acotado donde cada ciudadano puede instalarse, es decir vivir.
El imaginario sumerio -como el griego, milenios más tarde- asocia vida y asentamiento, muerte y destierro. La ciudad es la condición de la vida, es lo que garantiza que la vida prenda en la tierra, precisamente por la sombra que aporta, que divide el espacio indiferenciado en parcelas acotadas. La vida prende a la sombra. Y solo la ciudad es capaz de aportar una sombra perdurable. El clima desértico, sin duda, explica esta valoración de la sombra; pero no toda. La noción de medida, de espacio organizado -la sombra es como una parcela o un tapiz: un plano bien acotado, cuyos límites están perfectamente señalados y que dividen el mundo en dos zonas antitéticas: aquella en la que uno se expone (al sol, que ciega, a pleno sol, a la intemperie, diríamos, de sol a sol), y una segunda que invita a sentarse, a estirarse, precisamente porque la sombra es la imagen de un techo protector, protección que la ciudad aporta.

Sin los conocimientos de Jordi Abadal habría sido imposible transliterar y traducir la tablilla con del Mito del Diluvio

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