jueves, 3 de septiembre de 2009

El espacio del reposo del guerrero: obra maestra de la Edad del Bronce en la Península Ibérica (II milenio aC)







El Museo Provincial de Cáceres, visitado recientemente con motivo de un concurso de arquitectura, posee una de las piezas más interesantes, más hermosas, técnicamente más perfectas y mejor conservadas de la Edad de Bronce en España (I milenio ac): los pies de bronce figurados del lecho de un notable "ibérico", consistentes imágenes de leones (no hubo nunca leones en la Península Ibérica, sí en el Ática, hasta principios del I milenio aC, y en Mesopotamia)y de guerreros (de seres superiores, o de "sirenas" o seres híbridos, con los ojos bien abiertos y un tocado casi egipcio), pertenecientes al llamado período Orientalizante, y que manifiestan una notable semejanza con el arte griego arcáico del periodo tambien llamado Orientalizante (siglos VII-VI aC), el arte etrusco (influenciado en parte por Grecia), y el arte, "naturalmente" oriental, neo-sumerio.
Que no lejos de la costa Atlántica se descubran piezas con tantas conexiones con el Mediterráneo oriental no debería sorprender, ya que, según Eva Subías, la cultura en la Península se inicia o se desarrolla notablemente en el Extremo del Duero (Extremadura), debido a las minas de metales preciosos situadas entre Andalucía y Extremadura, y la fácil vía de comunicación y de transporte del Guadiana.

No es extraño que la ciudad romana más importante, Mérida, estuviera situada, no a orillas del Mediterráneo, no lejos de Roma, sino tierra adentro, cerca del Atlántico, un océano quizá más importante culturalmente, en España, que el mismo mar Mediterráneo.

El número y la calidad de los ajuares funerarios hallados bajo dólmenes del Neolítico y la Edad del Cobre (IV-III milenios aC), en Extremadura, ya es un primer indicio que la culturización de la Península empezó en esta zona "apartada" (desde un punto de vista mediterráneo) del tránsito en este mar.

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