sábado, 13 de junio de 2009

El arquitecto y el rey: Hardouin-Mansart ante el Rey-Sol






Jules-Hardouin Mansart, ¿el primer arquitecto moderno?


Hardouin-Mansart llegó a ser el arquitecto de Luis XIV: el Sobreintendente ("Surintendant") de las obras del Rey-Sol.

Luis XIV, como Alejandro o Hadriano, se consideraba un arquitecto, un ordenador del mundo. Durante su larguísimo reinado, la arquitectura (palaciega, religiosa y militar) y el urbanismo fueron sus actividades principales. Algunas de las soluciones arquitectónicas o urbanísticas son suyas. Las dictó, las exigió, Mansart las recogió y las llevó a cabo.

Las decisiones del Luis XIV eran cambiantes. Podía mandar incluso que se rehiciera enteramente un parte del palacio, sin que el coste importara. Y era impaciente. Quería ver casi de inmediato sus órdenes construidas, puestas en orden, con los órdenes arquitectónicos adecuados. Los fondos no faltaban.


Jules Hardouin se formó con su tío, el arquitecto Mansart (quien inventó -y dió nombre a- las buhardillas llamadas mansardas), de quien tomó prestado el apellido. Pronto llegó al servicio del rey. Ascendió. Era un perfecto cortesano. Y un arquitecto eficaz. Aceptaba todas las propuestas del rey. Les daba forma al momento. Rehacía los planos prontamente. Si al rey se le antojaba subir un piso, aún a costa de la obra anterior, Mansart aceptaba el envite y salía airoso. El edificio mejoraba. Y era un constructor excelente. Proyectaba y edificaba sin demora. Podía concebir y ejecutar un palacio en un año. Todas las amantes del rey lo sabían.


París y la Isla de Francia le deben sus mejores obras: amplió, desarrolló y completó el Palacio de Versalles (que empezó, como un palacete de caza, Le Vau), en el que destaca la Capilla Real, quizá la mejor iglesia baroca europea, y la Galería de los Espejos (el sueño de todo monarca absoluto, en el que los límites materiales, que constriñen la presencia y la acción reales, parecen desvanecerse, en el que se percibe un reflejo repetido infinitamente del cuerpo del rey, reflejo que se manifiesta en forma de fulgor, como corresponde a una manifestación de Apolo con quien Luis XIV se identificaba). La iglesia del hospital de los Inválidos, que supera la del Vaticano, las plazas reales de la Victoire y Vendôme, en París, son suyas, al igual que la mayoría de las plazas reales francesas, una tipología de plaza construida alrededor de la estatua del rey, a través de las cuales no se le rendía culto sino que se comulgaba con él (el culto a la personalidad es, curiosamente, una actitud consecuencia de la Revolución francesa): la plaza y la estatua eran parte el cuerpo místico del rey, el cual solo tenía sentido si los franceses se unían a él o participaban de él, si todos, juntos, gobernados y gobernante se unían en la eucaristía que la plaza y la estatua constituían y escenificaban. Cuando el pueblo se concentraba en la plaza, no rendía tributo al rey, sino que era parte de él. El uno sin los otros no podían existir.


Hardouin-Mansart pudó ejecutar con eficacia un número tan importante de obras, para la corte, la iglesia y la nobleza, capitalina y de provincias, porque poseía una dotada "agencia", capaz de proyectar y desarrollar los planos casi al dictado de las voluntades reales.


Pero Hardouin-Mansart no dibujaba. No podía, ni quería. En su taller trabajaban algunos de los mejores arquitectos barrocos franceses. No se guardan planos, dibujos, bocetos suyos porque no realizó ninguno. Tan solo escribía breves anotaciones en los planos.


Éstos son perfectos. Y anóminos. Realizabon con regla, escuadra, cartabón y compás, y levemente acuarelados. Parecen grabados ejecutados por un profesional anónimo -y muy eficaz. Planos grandes, detallados, que combinan alzados y secciones, con las soluciones constructivas adecuadas indicadas; planos en las que la mano del ejecutor no se percibe; que transcriben las ideas de Hardouin-Mansart, o que manifiestan lo que el arquitecto-en-jefe hubiera decidido (traduciendo los deseos del rey).


Su agencia ya no era un taller medieval sino, como el de Rubens (en pintura), un estudio ya moderno, perfectamente estructurado, en el que trabajaban dibujantes mandados por arquitectos responsables de los proyectos al servicio de Hasrdouin-Mansart, capaces de responder a cualquier petición, y en los que las soluciones formales y técnicas estaban bien integradas, dando lugar a un "proyecto global".


Primaba la idea. La perfecta ejecución se daba por hecho. Hardouin-Mansart fue retratado a lo largo de su vida, en pinturas y estatuas. De joven, se muestra con un libro en la mano (símbolo de la capacidad intelectiva) apoyado sobre papel de instrumentos de dibujo (un compás, una regla, una escuara), dominados por el peso y la presencia del libro.

Sin embargo, en los últimos y más emperifollados bustos marmóreos, lastrados por una papada temblorosa, los atributos del arquitecto (los instrumentos del pensar y del fabricar) ya no aparecen. Hardouin-Mansart se envuelve con todos los símbolos (peluca, vestido, medallas, cintas, puntas) de la nobleza, y esconde los que denotan su trabajo creador.

Estos bustos, al final de su vida, ofrecen una imagen ambivalente: el arquitecto ya no es un artesano sino un noble; el arte ya no es juzgado como una actividad manual, inferior, sino que no es un impedimento para ser ennoblecido. Pero, al mismo tiempo, esta ascensión se logra en tanto que su condición de trabajador se esconde, como si el arquitecto se avergonzara de ella, o no estuviera seguro aún de cómo era percibida.


La estructura misma de su taller puede ser un rasgo pre-moderno, pero también el reflejo de su voluntad de actuar como portavoz real y no como un bufón, entreteniendo a Luis XIV con las gracias que se sacaba de la chistera.


Hardouin-Mansart es es símbolo del cambio del estatuto del creador. Ya nada le impide ser un hombe libre, siempre y cuando no haga ostentación de su condición servil, la cual, paradójicamente, le permitió ascender socialmente.


La apasionante exposición que el Museo Carnavalet de París le está dedicando así lo demuestra. Imprescindible para entender la génesis de la concepción moderna del arquitecto.


1 comentario:

  1. http://juanrabonet.elbruto.es metete y lucha con juanra bonet pero antes create un bruto

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